Es inevitable no empezar esta crónica con el recuerdo de Domingo y Luis, los voluntarios de Protección Civil que perdieron la vida en accidente de tráfico, cuando se dirigían a ayudar en la prueba. Trágica noticia que deja muchos corazones rotos, aunque lo peor es para ellos que ya no están aquí.
Me pongo en la piel de la familia, de los compañeros de Protección civil, de la organización de la prueba, duros momentos y difíciles decisiones para encajar un suceso tan fuerte.
No fui conocedora de la noticia hasta que se terminó la prueba, cuando llame a casa mi madre me contó lo sucedido, Luis era un vecino de Guadalupe muy conocido, su hijo Ivan compañero de juegos de mi sobrino.
Me encantaría que se rindiese un homenaje por todos los ciclistas, una marcha en su recuerdo que una las dos localidades Navalmoral y Guadalupe, un montón de bicicletas rodando por Domingo y Luis.
Estaba situada en la parte de atrás de casi mil corredores, no se escuchaba nada lo que decían por megafonía, nos extrañaba que tardásemos tanto en salir pero pensamos que la salida era por turnos. El comienzo tuvo lugar a las 9:20.
Me hacia mucha ilusión participara en un evento de esta categoría, una prueba del campeonato de España e Internacional, en las Villuercas, las sierras donde me he criado.
Para las féminas el recorrido puntuale era el de 70 km y fue en el que participé.
Comenzamos a rodar por el pueblo para entrar en un camino ancho, de buen firme y con ligera pendiente descendiente, de vez en cuando alguna zona embarrada, que generaba unos tapones para cortar el ritmo, pues tampoco era par tanto. Uno que iba a mi lado decía: eso son los “chanos”, si esos que cuidan tanto de la bici que no la quieren meter por los charcos para no ensuciarla….ja,ja,ja. Me partía de la risa, yo no soy una chana, a mi me gusta pasar con mi santa a toda leche por los charcos, y claro así acabé, llenita de barro.
La primera subida llego sobre el kilómetro siete, con algunas rampas de fuerte pendiente, para empezar a entrar en calor las piernas. Sobre el kilómetro once coronamos y allí había un voluntario (Fermín Cerezo) con su cámara.
Después una bajada con mucha pendiente, divertida, donde poner a prueba los frenos.
Un rato de llaneo y comenzamos la segunda subida, de unos ocho kilómetros conocida como el puerto de los lunares. Nos pareció preciosa, de pendiente llevadera y con bastante zonas de descanso. Unas vistas impresionantes del geoparque según se gana altura, la lluvia hizo presencia en esta subida, primero una finas gotas que acabaron por calarnos, a mi me vino genial para refrigerar. Despedimos a los lunares con una bajada que nos dejo en la rotonda de Berzocana.
Entramos en la zona de la Sierra de la Madrila en Cañamero, geositio. Una bajada preciosa, no pude disfrutar todo lo que me gustaría por los tapones. Volveremos a recorrer estos senderos que llevan al pantano de Cañamero, han hecho un trabajo increíble con esta verea, está perfecta. La recuerdo de otras ocasiones con más piedra suelta, mucho menos ciclable.
Tras la bajada, entramos a recorrer el camino perimetral del pantano durante unos ocho kilómetros, íbamos disfrutando del paisaje del embalse, los aromas de la primavera a lavanda y jara, las vistas de las villuercas a las espaldas. Aprovechamos para recordar nuestras aventuras por estos caminos y se nos puso una sonrisa en la cara mientras dábamos pedales con energía.
Nada mas pasar la presa Ángel rompe la cadena, decido ser una mala compañera y seguir adelante, él me cogerá rápido pensé, pero ya no le vi hasta la meta porque volvió a partir otra vez.
Disfruté de lo lindo en el sendero que lleva del centro de interpretación al matadero, terreno que conozco bien, allí estaba el amigo Jose Antonio Galapero con su cámara para dejar el recuerdo. En el final del sendero había mucha expectación, un montón de gente para animar, en ese tramo la pendiente es pronunciada con algunas piedras al final, cuando pasé por allí montada en mi santa, la gente me aplaudió, me llamaban por mi nombre, fue un momento muy emocionante.
Una dura rampa de cemento conducía a Cañamero, ambientazo, muchas personas dando ánimos. En la carretera estaba el avituallamiento, tenia agua y comida, por lo que decidí seguir, iba con el subidón de los ánimos y no me apetecía parar, solo dar pedales.
A partir de ahí, el terreno no presentaba grandes dificultades, con tendencia a llano, algunos repechos, entre olivos y viñas.
A esa altura iba sola, pedales y más pedales por la vía verde que invitaba a correr, algunos charcos y badenes para refrescar, hasta llegar al desvío de la marcha de 55 que giraba a la izquierda y la maratón que seguía recto. Un chaval de la organización me avisó, 70 recto y camino del Cerro de San Cristobal puse rumbo.
El paisaje cambió, monte bajo y dehesa abierta, empezaba hacer bastante calor y el agua era escasa. Menos mal, que antes de empezar a subir me encontré a una pareja de la organización, me dieron agua para llenar la bolsa de la mochila, mientras me contaban como era la subida : es dura y en zig-zag una vez que llegues arriba ya está todo hecho, me advirtieron.
Expectante por lo difícil que pintaba, volví a mis pedales dispuesta a la subida, pero más que subir, aquello fue gatear, por un sendero precioso, con alguna zona de piedras.
Costó esfuerzo, pero la sensación al llegar arriba fue genial, rodeada de aquellas vacas con sus terneros, una estampa en la retina para el recuerdo.
La bajada por sendas de curvas cerradas, muy chula, pero de nuevo con tráfico, no pude dar rienda suelta a santa, así disfruté del paisaje, de los últimos compases de este recorrido por las villuercas.
Pero no estaba todo hecho, todavía quedaban dos repechos y una calleja embarrada.Eso si, una de las ultimas bajadas por una trialera preciosa, estaba sola, solté el freno, pobre santa poco mas y se desmonta.
Llegue a una zona de merendero, de pronto se vinieron a la memoria mil recuerdos de adolescencia en aquella fuente del Helechal. Sabía que la meta estaba cerca, últimos metros por la carretera, increíble como te hacen sentir toda aquella gente, entre aplausos, cruce la linea de meta. Genial experiencia, 5 estupendas horas de bicicleta y un baño de naturaleza por el Geoparque Villuercas.
Como siempre insuperable la organización, los voluntarios, el evento en sí. Enhorabuena y gracias, mil gracias por hacernos disfrutar tanto.
Categorías:COMPETICIONES
No mola nada ser “chano”😜
Siento lo del accidente de esas dos personas.
Saludos
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